La ciencia ficción es un concepto temporal que encierra las
esperanzas de un cambio enfrentadas antes las frustraciones del momento.
¿Cómo se puede concebir un cambio mejorando lo peor de una
sociedad?
Ante un avance tecnológico evidente sin importar el campo
potencial de aplicación, siempre va beneficiar al individuo o familia con el mayor
poder adquisitivo, beneficiando al ciudadano de a pie muy
tardíamente por ser un eslabón ultimario de la sociedad.
El poder se incrementa
en los grupos pudientes generando un monopolio que obliga a las partes
ajenas de este círculo a ser consumidoras de los nuevos productos sin tener en
cuenta su necesidad y valor real.
Esto genera un circulo de miseria que se
exacerba al alejarse del centro de poder, no porque no haya un alcance de las
nuevas mafias que nacen de cada tipo de necesidad, sino porque les interesa que
la representación de la ley a través de
sus agentes, no esté presente para crear vacíos que van a ser ocupados por sus
símiles antagónicos. Esto crea una realidad
al mejor estilo cyberpunk, en la cual todos somos participes, desde nuestra
ignorancia jugamos un rol importante para que se dé el movimiento que genera
todo una mecánica, que hace parte de la gran maquinaria, que pone a la ciudad
como un gran centro de recaudo de valores, representados en el esfuerzo de
todos para seguirla impulsando.
El catedrático Teun A Van Dijk, fundador de el Análisis Crítico del discurso profundiza el caracter simbólico de la formación del poder muchas veces arbitrario en las sociedades del mundo. Lo cierto es que la domesticación del hombre con el hombre (la humanidad) es tan alienante que la brújula se pierde en cualquier estrato de la vida social. Inclusive tenemos la capacidad de crear escenarios de bienestar para amilanar el desasosiego que resulta de todo impulso de vanidad. Los discursos que podrían moldear sociedades existen, lo que sucede es que no nos tomamos el tiempo de comprenderlos para saber qué hacer con ellos; el espectáculo de la cultura nos brinda una cómoda inmediatez que nos despoja paulatinamente de nuestra capacidad crítica.
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