lunes, 30 de diciembre de 2013

EN DONDE NACE LA LUNA

Viniendo desde las alturas de las tierras del fuego
seguí su rastro
sintiéndome débil bebí de la piedra ardiente
dormí en su tapiz de arenoso abrazado por su hielo nocturno

Alucinando con su vestido que  se volvía parte del paisaje
me arrastre en mi locura

Escondido en un valle
abrazado entre montañas y picos
navegue por fin sus aguas y surcos
nacidas del un gran cañón

Caí finalmente en ellas
envuelto en su cuerpo me ahogue

Era lo que siempre había querido
sumergirme y quedarme en su profundidad


Lo que ahora es agua salada
será mi mausoleo iluminado por el sol radiante
de un sueño que no fue eterno



1 comentario:

  1. Está claro que esa voz de sensaciones viene en descenso al sepulcro de un sueño que no fue eterno;aunque también consigue hilvanar ciertas imágenes híbridas que pretenden asociar el extremo de la geografía con ese intrincado camino que conducirá al lector hacia las profundidades de la sensualidad; esta paleta irresuelta tiene aires de surrealismo que permiten descubrir una mente creativa que se goza de la forma de la mujer que está tanto en la vida como en los símbolos de la muerte expresados en lo que va a ser el último corte del poema, por decir de algún modo, sin embargo habrá que tener cuidado en algunos descuidos ortográficos y sintácticos que hacen que semanticamente hablando el escrito pierda valor de responsabilidad y condición significativa.

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